La historia de Marianao tal y como la conocemos hoy en esta página se la debemos a una mujer extraordinaria, mi abuela María Bruzón. Ella conocía Marianao como la palma de su mano y nunca dejó de aprender de su historia en los 96 años que duró su vida. Fue ella quien inculcó en mi este amor a mi tierra y quien me enseñó todo lo que ahora se de Marianao.

María Bruzón nació en 1900 en el pueblo de Guatao, en las afueras de Punta Brava, distrito que entonces pertenecía a Marianao. Orgullosa de su origen se mudó muy joven al barrio de Coco Solo en el mismo medio de Marianao cuando se casó con mi abuelo Martín González. Mis abuelos supieron de un caserón antiguo que albergaba una zapatería en las calles Martí y San Andrés (hoy 49 y 136) que iba a ser reconstruido para formar siete casas.

Como mi abuelo trabajaba en la tabaquería de la calle Samá y San Andrés a tan sólo dos cuadras del lugar, no dudó en comprar dos de ellas y regalar una a su hijo mayor, mi padre.

Mi abuela María fue muy amiga del alcalde de Marianao, Don Francisco Orué y su esposa quienes le regalaron un enorme y hermoso jarrón griego que aun hoy se conserva.